No es de extrañar que aquellos que disfrutamos de una afición, muchas veces llevamos a éstas hasta el siguiente nivel, en mi caso es de jugar a juegos de mesa a inventarlos. Es un proceso, para mí al menos, natural y no puedo dejar de pensar ideas de juegos a los que me gustaría jugar, y tengo de todo, para juegos largos y juegos más cortos. Aquellos que busquéis un manual de cómo hacer juegos, pues no sé si esto os servirá o no. Creo que hay que tener una “mente activa” para crear juegos y no sé si se puede aprender o si hay una forma correcta de tener ideas. Yo personalmente pienso que las ideas son como un pozo, tienes que tener “agua”, pero puede llegar el día en que el pozo se seque.
Por dónde comenzar… Pues yo comencé por algo sencillo y espero pronto poder dar noticias de mi primer juego como autor, Battlefields, os dejo una foto de la caja que usábamos como prototipo.
Pero no estamos aquí para hablar del “antiguo Campos de guerra”.
Vamos a hablar del nuevo prototipo que he hecho, vamos a llamarle, provisionalmente, “El taller del maestro ingeniero goblin” o abreviado como “Taller goblin”.
¿Temática o mecánica?
Para mí ambas están estrechamente ligadas, si me llega la idea de una mecánica generalmente me llega con una temática asociada. Esto es bueno, debido a que el juego tendrá cierta coherencia y creará sinergias entre las mecánicas y la temática.
La idea
A mí las ideas me vienen a la cabeza, no hago un esfuerzo complejo o le dedico mucho rato expresamente, sino que simplemente aparece. Aquí entra un momento crucial en mi desarrollo, si tengo tiempo en ese momento para dedicarle o no. Si es que no, apunto las ideas en un documento improvisado, una libreta que suelo llevar conmigo o cualquier medio que me sirva más tarde para repasar la idea y que ésta vuelva a mi mente, pero muchas veces, cuando puedo ponerme, el frenesí de la idea se ha perdido y tardo más en realizar un prototipo. Si tengo tiempo, me pongo a escribir un primer esbozo de las reglas. Desde aquí, reto a un criptólogo a que entienda el galimatías que soy capaz de crear y que puede llegar a invocar a Cthulhu. En pocas horas puedo tener las reglas y empezar con los componentes.
Tengo que decir que no sé si será suerte o siempre pasa así, pero según voy escribiendo, el juego prácticamente se desarrolla solo. Hago una visualización imaginaria de una partida y le voy incorporando los elementos que creo que hacen falta para llevarla a cabo y generalmente sale un prototipo bastante acabado, como he dicho antes, que la temática está intrínsecamente ligada al juego ayuda mucho. Por ejemplo, las reglas del “Taller Goblin” las hice en 2 horas y poco más.
Una vez hecho esto, le cuento la idea a mi amigo y socio Albert y le doy el documento con las reglas, hoy me ha confesado que no había entendido nada hasta que he explicado las reglas para hacer la primera partida.
Construcción del prototipo
Después, me dedico a pensar como debería ser el grafismo del juego, yo no soy dibujante, quizás busque algún cursillo o algo, pero de momento tiro de internet. Como lo que hago lo hago para mí mismo, utilizo imágenes cogidas de internet y realizo los componentes como cartas o tableros, para fichas las cojo de varios juegos que tengo por casa. Y entonces convoco a mis amigos a que prueben el juego.
La primera partida
Para mí, aquí viene otro momento crucial, cuando explico las reglas y mis amigos creen que puede ser divertido. Es importante no sólo que el juego sea divertido, sino que cuando lo expliques lo parezca, pues es la primera impresión, el gancho, el que puede hacer a la gente quedarse a jugar o no. Voy a explicar una anécdota.
Mi amigo Sergio y yo fuimos a una feria de juegos de mesa, normalmente vamos en grupos grandes, pero aquella vez éramos él y yo. Pues iniciamos un recorrido por la feria para ver que había y nos “enganchó” un autor cuando pasábamos por su tenderete y nos empezó a explicar su juego. Hay que reconocer que ya directamente con la temática del juego tanto a Sergio como a mí nos había perdido antes de empezar, pero por aquello de no desmerecer su trabajo nos quedamos a ver la explicación de las reglas. No es que las reglas fueran malas, ni complicadas, simplemente no tenían gancho. Entendimos la mecánica, pero no creíamos que fueran divertidas, o suficientemente divertidas al menos. Sin embargo, ya conocíamos un juego de mecánica muy similar y después comentamos entre los dos un poco que tenía uno que el otro no tenía.
Retomando el tema.
La primera partida es donde se ve donde cojea el juego, si hay que tirarlo casi todo a la basura o es aprovechable, en el caso de Taller Goblin creo que todo ha salido a que es aprovechable, pero necesita bastante retoque.
Los primeros turnos o movimientos de un juego son un poco de contacto, pero pronto la partida empieza a pararse para comentar algo que falla, algo que se podría cambiar, algo que realmente sí que gusta del juego y hay que decirlo en voz alta. Sinceramente, acabar la partida no es tan importante como recoger esos comentarios.
Para poner un ejemplo más práctico, en Taller Goblin, tras solamente jugar una partida que ha constado de 5 rondas, hemos estado casi todos de acuerdo que hace falta añadir 2 fases más al juego, nuevos componentes, que hay que cambiar la mecánica de ciertas acciones porque quedan un poco raras y algunos cambios que a mi personalmente me cuesta aceptar, porque aquí llega la parte mala de tener una temática y una mecánica muy entrelazadas, no casaba con la idea que yo me había hecho en la cabeza, aunque entiendo que puede llegar a favorecer al juego.
jajaja, pobre hombre el de la feria. A mi en cuanto me dijo de que iba el tema… xDD Muy bueno tenía que ser para que le diese una oportunidad.
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