He estado en la DEVIRFEST, y si me permitís os voy a hacer una pequeña y humilde crónica, con muchas fotos, eso si.
La DEVIRFEST este año ha cambiado de emplazamiento y se ha celebrado en la Fábrica Moritz de Barcelona, en pleno centro de la ciudad. Un Edificio histórico restaurado por Jean Nouvel, que rebosa modernidad combinada con lo histórico del edificio.
Nada más llegar, subimos unas escaleras y llegamos a la sala donde nos encontraremos con todo tipo de gente del mundillo lúdico. Eso si, la primera impresión…que calorazo!! Gente, mucha gente!.
Nada más entrar a la derecha tenemos la “barra” donde servían cerveza Moritz sin parar, y algunas otras bebidas para gente rara que no bebe cerveza, como yo.
También había unas cuantas mesas altas, donde de vez en cuando caían unos deliciosos trozos de fuet acompañados de tiras de pan crujiente y también salían tablas de trozos de pizzas, certifico que estaba todo bueno, en eso no soy raro. Ello provocaba casos de efecto-jubilado, habían que no se separaban de las mesas, ni para coger aire.
En el centro de la sala estaba todo el bullicio, se juntaban y separaban la gente del gremio, jugones, conocidos y desconocidos, comentando sus jugadas y batallitas, todo con un muy buen ambiente de camaraderia y cordialidad.
Al final de sala había unas mesas donde se hacían partidas de demostración del Barcelona: La Rosa de Fuego, Checkpoint Charlie, Dragones & Gallinas y Baby Blues.
Con la presencia de Marco Maggi y Francesco Neppitelo, se hizo una presentación del juego Barcelona: La Rosa de Fuego.

También se entregaron los premios “Un Jamón”, que en su segunda edición, el premio al mejor juego Deviriano por votación popular en la web de DEVIR, fue para Marco Polo. El otro premio “Un Jamón” entregado por DEVIR fue para Topoum, juego de Perepau Llistosella.
Mientras tanto seguían las tertulias, las risas, las bromas y los buenos momentos. Os dejo con unas cuantas fotos más del evento.
Por cierto…Sí, el tío que iba con la camiseta azul con el R2-D2 estampado, cámara en mano en plan paparazzi, con cara de andar no sabiendo que hacer, era yo.