Cada semana salen un montón de novedades, juegos de todo tipo de categoría, Rol, “Fillers”, para 2 jugadores, temáticos, con minis y un largo etc… Y esto dejando al margen los proyectos financiados mediante los “crowfundings”.
Está viviendo aún el mundo del juego de mesa un gran auge importante desde hace años, una edad de oro que parece que no tiene fin. Y me pregunto ¿qué hay de la calidad de los juegos?, tanto en mecánicas, temáticas y producción. ¿Se está saturando el mercado? ¿O esto solo es la punta del iceberg? Da miedo pensar que todo es como una burbuja, la cual el día menos pensado puede explotar y llevarse consigo unas cuantas editoriales y tiendas.
Y así llevamos unos cuantos años, en los cuales han aparecido muchas editoriales nuevas, otras han sido absorbidas por las grandes y sobre todo hay un exceso de oferta que aunque parezca mentira, aún sostiene a todas y cada una de ellas con mejor o peor rendimiento.
Las grandes siguen su línea de intentar mantener la calidad de sus productos y las nuevas editoriales dependiendo de su política de empresa, ofrecen distintas calidades de juego muy enganchados a la competitividad del mercado, que viene a ser la peor calidad de los materiales del juego, provocado por el abaratamiento de costes para poder entrar en este mercado con tantas novedades, aunque bajo coste y buen juego no es mala combinación, suele dejarnos un sabor extraño. También a veces grandes y pequeñas editoriales siguen cayendo en el innecesario abuso del aire en las cajas, todo por una simple cuestión de marketing mal entendido, que quizás mejoraría la calidad de algunos buenos juegos sin ese gasto innecesario.
Las novedades a veces incluso son repetitivas en la temática y la mayoría llevan el tema tan metido con calzador, que dejan al juego y sus mecánicas en un segundo plano a merced de las modas de zombis, vikingos, galaxias, etc… Obviando en muchos casos que el buen testeo del juego y su mecánica harán que tengan más o menos vida lúdica.
Recuerdo, que Nano de” Funattic Channel” preguntaba a gente del mundo lúdico (¡Gente con mucho criterio!) que fue al Correjocs de Sant Vicenç dels Horts si habían juegos malos. La gran mayoría apostaba que sí, que había juegos malos, aunque con opiniones diversas al respecto. Poco testeados, rotos o simplemente los más benevolentes decían que son para un público muy concreto. También se opinaba que daba la sensación que muchas veces algunos juegos eran publicados simplemente para tener catálogo y cumplir una mínima expectativa.
La parte buena, es que se multiplican las oportunidades de los autores noveles (y los no tan noveles), a veces sacan algún que otro juego que viene a ser una alegría colectiva, ya sea por ser la opera prima de un autor novel que ha conseguido un premio en algún concurso de protos, o por la reedición de aquel juego que casi estaba descatalogado, cosa que también parece que vuelve a estar en auge.
Mientras tanto los jugones y no tan jugones siguen abrumados con tanta novedad, adaptándolas a su “Hype” y sobre todo a su bolsillo. Juzgando de manera imprevisible las novedades, por raras o malas, buenas o curiosas, e incluso por caras o baratas. Cosa que luego hace aflorar ese mercadeo de segunda mano, donde cada uno se quita aquello que no le gusta o le sobra, o simplemente para hacer caja para esa novedad que tanto nos llama la atención y que en poco tiempo volveremos a vender.
Es obvio, que todo ello repercute y mucho en el mundillo, ya que cada vez más ante tanta novedad da la sensación que se pierde un poco la objetividad de valoración de los juegos y a veces nos abruman el “Hype” y los contenidos y no lo que realmente nos aporta el juego.
Mi opinión es que se está saturando el mercado con juegos muy parecidos, incluso idénticos en mecánicas muchas veces, y que posiblemente a los que nos gusta este mundillo, los compraremos por temática y/o coleccionismo, no por el juego, y eso, siempre que la cartera nos lo permita. A mi parecer también se está saturando el mercado de juegos de pequeñas editoriales, crowfundings y demás con dudoso testeo de la calidad (también hay dudosa calidad en catálogos de grandes editoriales…). Sea como sea, también pienso que el mercado se autorregulará de alguna forma. Llámalo burbuja o llámalo agotar la gallina de los huevos de oro. Las editoriales, pequeñas editoriales y tiendas que lo hayan hecho bien permanecerán y las que han salido aprovechando la bonanza y demanda del sector, terminarán cerrando, abandonando o reinventándose. Estas navidades en Alcampos y Carrefours ya se han empezado a ver los juegos modernos más familiares de grandes editoriales, sobre todo Devir y Asmodee (catan, carcassonne, double, etc), es cuestión de tiempo que este mercado más familiar pase a las grandes superficies y las tiendas tengan que especializarse aún más con juegos más exclusivos y por ende caros. ¡Pero seamos optimistas! Aún y el auge, existe mucho porcentaje de población que todavía no sabe de qué va esto de los juegos de mesa modernos y aún piensan que se habla de monopolis y scrabbles y cuando ven la variedad que tienen delante literalmente lo flipan. Así, que, sí los que forman este mundo pueden adaptarse y regularlo un poco, puede esto dure mínimo 10 años más.
M'agradaM'agrada
Burbuja? Burbuja?! Pero si aún estamos al 20% de la potencialidad del mercado en España! Por favor…
M'agradaLiked by 2 people
Kim, nadie duda de la capacidad de absorción de mercado y de su potencialidad, pero ese mercado potencial es un mercado novel. Hablo y pongo en duda la capacidad de gestión del mismo para el público ya fiel, viendo la cantidad de oferta y sobre todo las diferentes propuestas de cada editorial en la calidad de los productos.
M'agradaM'agrada
Intentaré ser breve… juegazos que se quedan en el extranjero o que directamente no salen a la luz por chorradas, a la par que otros juegazos (como la reedición Sci-Fi de Stratego por decir uno) salen con cuentagotas por que las editoriales no calculan bien su impacto, o por que se acojonan o porque quieren crear necesidad “ex profeso” en el consumidor.
Súmale cierto grado de apatía por parte de ciertos grupos nutridos de fans que, ahogados en sus micromundos, aceptan de forma tácita la siguiente ampliación de su wargame rascándose el bolsillo para comprar la enésima nave espacial o miniatura que se tercie.
Y, por último, juegos que prometen algo y no lo cumplen, que rezuman intenciones pero carecen de alma, que son sosos, que los juegas un par de veces y ahí se quedan porque, como muy bien señala este artículo, al final hay mucha imitación.
Si no fuera por los crowfoundings y demás ahora mismo el mundo del tablero sería (pese a mi propio comentario de más arriba) en esencia el MONOPOLY de fresa edición 8000 (qué rabia me da entrar en una tienda de juguetes/juegos supuestamente especializada y encontrarme 15 versiones del Monopoly ¡qué es el mismo juego! Al menos en las versiones Risk cambian algo en la mecánica por ejemplo…).
En fin. Viva la originalidad y la imaginación. Juegos de mesa for ever! 😀
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